sábado, 10 de mayo de 2008

Abra sus Pupilas


Primer Acto:

Elena: - ¿Disculpe?
Hombre: - Dígame-
Elena: - ¿Sería tan amable de encender la luz? Apenas logré darme cuenta de su presencia –
Hombre: - Lo lamento, señorita. Pero estuve buscando algún interruptor antes de que usted despertara y no logré hallar ninguno.
Elena: -¿Donde estoy? -
Hombre: - No lo se.-
Elena: - ¿Cómo que no lo sabe? -
Hombre: - No lo se, y perdóneme usted si le parezco irrespetuoso, pero es tercera vez que me pregunta lo mismo-
Elena: - ¿Tercera? ¿Cómo no lo recuerdo? -
Hombre: - ¿No recuerda el golpe? –
Elena: - ¡De que me habla! –
Hombre: - Tranquila. Es lógico que no lo recuerde. Hace un rato atrás algo cayó sobre usted, pero la oscuridad no me dejó ver de que se trataba, solo oí el golpe en su cabeza y el sonido de su cuerpo cayendo al suelo. La recosté sobre la cama y ahora ha recobrado la conciencia.-
Elena: -Eso explicaría mi terrible dolor de cabeza. ¡Pero no logro ver casi nada! De que se trata todo esto. ¿Sabe que hora es?
Hombre: - Si interpreto bien lo que veo en mi reloj, son alrededor de las 4 de la mañana.-
Elena: - ¡4 de la mañana! No puede ser. No recuerdo nada. ¿Sabe usted como llegamos aquí?-
Hombre: - Tampoco lo recuerdo. Desperté hace unas horas atrás junto a usted. Desconcertado, traté de buscar alguna salida, pero no la hallé. Creo que es algo así como un subterráneo o una bóveda grande. Esta situación puede ser cualquier cosa, pero intento imaginar lo mejor.-
Elena: (gritando) - Qué escalofriante. ¡¡ AYUDAAAA AYUDAAAA!!
Hombre: - No se tome la molestia, pues ya lo hice largos minutos sin respuesta.-
Elena: - Tengo miedo. Por favor, siéntese a mi lado.
Hombre: - También lo tengo y sí, me sentaré junto a usted.


Segundo Acto

(Después de un rato en silencio inmersos en la oscuridad)

Elena: -¿Disculpe?
Hombre: - Dígame.-
Elena: - ¿Podría usted dejar de tocarme la pierna? –
Hombre: - Discúlpeme señorita, pero yo no la he tocado –
Elena: - ¿Pues que es esto que he sentido?-
Hombre: - ¿Acaso no lo ha advertido usted? –
Elena: - ¿De que me habla? –
Hombre: - Del tercero. Desde hace un rato atrás, mientras nos manteníamos en silencio, sentí que alguien nos vigilaba allá en la oscuridad, ahí en frente. Se movía rápido y no logré determinar si era hombre o animal. Ya hace unos minutos dejé de sentirlo y tal vez esté junto a nosotros. –
Elena: - ¡Que terror, tengo mucho miedo! ¡Por qué no lo dijo antes! -
Hombre: - Por favor, baje su voz. No tenemos seguridad de lo que sea. No la quise asustar porque no sabía si era sugestión por el pánico, la oscuridad o qué. Ahora que realmente he confirmado que algo nos acompaña, no sabemos de qué se trata. Tal vez es un gato o algo menor que se yo, por favor conserve la calma.-
Elena: - (susurrando) ¡Como no me pude percatar de lo que dice!-
Hombre: -Disculpe una vez más, pero la primera vez que despertó, se notaba que venía algo bebida-
Elena: - ¿Bebida? Tiene razón, ahora que recuerdo, estaba en un bar con unas amigas. Luego, todo se nubló y vine a parar aquí. Pero por favor, ¡deje de respirar así! –
Hombre: - Yo no hago ese ruido –
Elena: - Abrázeme, ¡no quiero escucharlo! –
Hombre: - No hay problema -
Elena: -¿No tiene miedo?-
Hombre: -Tanto como usted-

Tercer acto

(Pasa finalmente otro rato en silencio)

Hombre: - Veo algo atrás suyo -
Elena: - Por favor no diga eso –
Hombre: - Voltéese y cerciórese usted misma-
Elena: - Yo no veo nada –
Hombre: -Si mire, trate de dilatar sus pupilas, allá en frente, está claramente.-
Elena: - Quiero salir de aquí. ¡Quiero salir de aquí! –
Hombre: - Conserve su calma, y dese el tiempo de mirar. No se cree una idea preconcebida, vea usted misma quienes son –
Elena: - ¿Ahora son mas de uno? –
Hombre: - Específicamente son dos. Mire, mire hacia aquella esquina detenidamente. Pronto se formará la silueta de una mujer, delicada y femenina, que aprieta sus brazos envuelta en el pánico. De dulces piernas y ajustada vestimenta, se creía segura de si misma, creía que el mundo estaba bajo sus pies, que nada ni nadie la podía tocar. Que podía salir a embriagarse con sus amigas sin asumir ninguna consecuencia. Pero esta noche, su vida cambiará para siempre.
Y vea, siga mirando, no se detenga. Abra sus pupilas y fíjese quien está detrás de ella. Se formará lentamente un hombre, que envuelto en excitación, lo único que quiere es poseerla. Sus manos tiemblan, le excita su miedo, le excita su terrible seguridad. Su patética existencia. Y esta noche, ella será de él, a la fuerza si es necesario. A golpes si es preciso.
Le había mencionado que no se tomara la molestia de gritar ¿verdad?
Elena: - (Entre lágrimas) Si –
Hombre: - Por favor, ahora si, dese la molestia, que esta noche los gritos me excitan.



Fotografía y Texto: Felipe Mercado

1 comentario:

Camila Novoa dijo...

Felipe:

Estuve leyendo tu blog y están muy buenos los textos...

Suspenso, suspenso...

Me gusta eso de quedar con la duda de "algo más" cuando leo algo.

Mis saludos y desde ya estaré visitando este sitio.

*Buenas fotografías

"Cada vez que me siento en alguna playa y observo un atardecer, me siento junto a múltiples YO del pasado, que observan otros atardeceres, otros soles antiguos y por unos segundos, soy más que el tiempo, soy más que un individuo solitario sentado en la arena. Soy cientos, soy miles, que existimos a la vez. Quién sabe, perdido de mí en otra parte del universo. Yo aislado de mí. Yo siendo solo un recuerdo de otro yo."